lunes, 3 de septiembre de 2018

PASTRANA, EL FINAL DEL CAMINO.

Por la carretera que me trajo de Cuenca a Guadalajara,la tomo, de nuevo, esta vez para ir desde Alcocer hasta la desviación de Pastrana y Zorita de los Canes. Al coger el desvío el primer pueblo con el que me encuentro es Fuentencina, que, precisamente ese día, también celebrando las Fiestas de San Agustín, realizan el traslado de reses y encierro en el campo y en las calles, para lo cual no caben más banes de caballos en el pueblo. Algún año, también, me interesaré por su representación de la Pasión en la Semana Santa de esta localidad. Poco a poco, no hay grandes distancias, aparece Pastrana , descendiendo desde la carretera, cruzando el arco de la muralla, emerge la Plaza de la Hora, y presidiendo el Palacio Ducal que le dá esa categoría. Escribía de la princesa de Eboli, a su vez Duquesa de Pastrana , en su nacimiento en Cifuentes, pasó sus últimos años de vida encerrada en este Palacio por orden de Felipe II. Los monumentos más significativos de esta Villa Ducal son el ya nombrado Palacio Ducal, la Iglesia Colegiata que aloja el museo de los tapices, la Fuente de los Cuatro Caños y el Convento del Carmen.
De nuevo, la Historia de España con mayúsculas, San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús, , la ya comentada Princesa de Eboli, la familia Mendoza y el marques de Santillana
Dentro de la Colegiata existe la Cripta que se accede desde el Altar Mayor, los más relevantes personajes de la familia Mendoza, allí están enterrados, entre ellos la Princesa de Ebolo, Doña Ana y Don Ruy, su esposo.Una curiosidad, reflejada en la obra de Camilo José Cela, existe dentro de esa cripta y en arcón fuera del espacio de sarcófagos de piedra, está el cuerpo incorrupto de un ermitaño, Juan de Buenavida y Buencuchillo , que más que ermitaño, tiene nombre de bandolero. Este cuerpo se podía ver en la época del Viaje a la Alcarria, pero no actualmente.
No he hablado de gastronomía de este viaje, un poco guiado por lo que al preguntar a la guía oficial del Museo de Tapices y Colegiata, me dijo..”todos los restaurantes son buenos”..no se mojó. Yo, tampoco, cabrito al horno, migas con uva, huevos fritos y tropezones, morteruelo, pimiento al horno con ventresva, aunque tengo una amiga que dice que eso de la ventresca es para cobrar más por el atún blanco, bizcochos borrachos, y todas aquellas recetas ancestrales que jalonan la tradición de esta Castilla – la Mancha.
De alli, despidiéndome de Pastrana, me dirijo a Zorita de los Canes, más embalses y el maravilloso e histórico Tajo.
Aquí acabo el relato a excepción del Museo de los Tapices que, por razones de mucho y entrañable interés personal le ofreceré la última descripción.



















































































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