sábado, 10 de noviembre de 2012

¿ QUIEN DOBLA LAS CAMPANAS..?

Esas personas que nos acompañan, que conviven en nuestra ciudad, que son nuestros vecinos  que cuando coincidimos con ellos en cualquier circunstancia es un hola y adios, un par de frases de cortesía en algún caso y poco más. Esas personas que saben mucho, pero que mucho más tienen que decir y , como decía mi admirado Francesc Llop i Bayo este jueves pasado en nuestra Mesa de las Fiestas..."para qué saber tanto si no tienes donde decirlo, si no puedes trasmitirlo...".Triste pero real. Este antropólogo, este etnólogo, este campanero, debería estar predicando a todas horas pero, ¡que pena!, interesan más otras cosas, vomitivas, a veces por su reiteración.
Francesc, nos habló de campanas y de muchísimas cosas más. Podeis oirlas en el podcast del Programa del 8.11.2012, en www.radioluzdevalencia.com , descargar programas y la Mesa de las Fiestas. Desde aquí me comprometo, si puedo seguir con el Programa que más veces, lo oiremos por esos micrófonos de la Mesa de las Fiestas.
Con estos textos lo recibí en el Programa, sobre sus siempre presentes Campanas:

La María

"Ellas nos acompañan durante el día, ellas , si las dejamos, nos cuentan el mediodía, el amanecer, la noche y las alegrías. De las tristezas dan cuenta y del peligro avisan. Siempre con el mismo sonido , el que oyeron nuestros pasados y oirán nuestros venideros. Y ellas quieren hacerlo y trasladar al vecino sensaciones, ritos y noticias. Como las cantó Doña Rosalía de Castro, de esta forma, las Campanas así las sentía

Yo las amo, yo las oigo,
cual oigo el rumor del viento,
el murmurar de la fuente
o el balido de cordero.
Como los pájaros, ellas,
tan pronto asoma en los cielos
el primer rayo del alba,
le saludan con sus ecos.
Y en sus notas, que van prolongándose
por los llanos y los cerros,
hay algo de candoroso,
de apacible y de halagüeño.
Si por siempre enmudecieran,
¡qué tristeza en el aire y el cielo!
¡Qué silencio en la iglesia!
¡Qué extrañeza entre los muertos!

Tienen vida propia las Campanas, si no la tiene el que las tañe , el campanero, su espíritu le traslada al tañirla. Sentimiento al no ser tocada, sentimiento al estar rota. Ese sentimiento que nunca llegaremos a comprender sólos, tal vez por la intermediación del campanero, lo supo reflejar de forma inigualable, dando espíritua a la Campana , Ruben Darío en

Esta campana rota
quiere sin embargo cantar:
el metal ahora es verde,
color de selva tiene la campana,
color de agua de estanques en el bosque,
color del día en las hojas.

El bronce roto y verde,
la campana de bruces
y dormida
fue enredada por las enredaderas,
y del color oro duro del bronce
pasó a color de rana:
fueron las manos del agua,
la humedad de la costa,
que dio verdura al metal,
ternura a la campana.

Esta campana rota
arrastrada en el brusco matorral
de mi jardín salvaje,
campana verde, herida,
hunde sus cicatrices en la hierba:
no llama a nadie más, no se congrega
junto a su copa verde
más que una mariposa que palpita
sobre el metal caído y vuela huyendo
con alas amarillas.

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