TERCER CENTENARIO DE LA
CANONIZACION DE SAN VICENTE FERRER - LA NAUMAQUIA DE 1755 EN EL RIO
TURIA
Uno
de nuestros grandes pecados, como valencianos, es no saber valorar
todo aquello que hemos sido ,somos y seremos capaces de hacer. En el
pasado y, cómo no, también en el presente , nuestra historia está
preñada de hechos relevantes que, o no nos hemos enterado que somos
sus “hacedores”, como consecuencia no podemos valorarlas o, aún
conociéndolas somos incapaces de ensalzarlas. Para que surja el
resalte tiene que venir dado por dos temas, que las comparemos con
otros grupos que los consideramos enemigos o, siendo de “nuestra
misma cuerda”, seamos capaces que, ante una gran idea o proyecto de
alguien que no es santo de nuestra devoción, por evitar el
reconocimiento de dicha persona, neguemos la bondad de lo generado
por ella, lo que viene siendo, reventar el “todo”, por la
“parte”. Eso se entiende muy bien en la política valenciana.
Lo
que voy a exponer, de forma resumida, el trabajo que he realizado es
mucho más pormenorizado y meticuloso, amén de extenso, demuestra
como la sociedad valenciana, de la Ciudad de Valencia, fué capaz de
unir esfuerzos de sus distintos estamentos, para realizar un
espectáculo que fué un hito dentro de la tipología del acto.
Envergadura con excelencia, artística, técnica, artística y
financiera. Os cuento.....
ANTECEDENTES
Con
motivo del tercer Centenario de la Canonización de San Vicente
Ferrer (1455), se prepararon distintos actos repartidos por toda la
Ciudad de Valencia. Estos actos se repetían, centenario tras
centenario, como si una copia del programa de actos se tratara,
Procesiones y ante ciertos Conventos, por supuesto el de Predicadores
entre ellos, una competición de altares efímeros que intentaban
exaltar la figura del Santo Vicente. El colofón de dichos fastos,
era la ineludible corrida de toros.
Pero
ocurrió que en 1755, el Rey Carlos III, curioso, prohibió la
celebración de dicho acto de tauromaquia, había que pensar en
sustituirlo por uno que no sólo no lo desmereciera, sino que, a ser
posible, lo superara. A un miembro del Cabildo se le ocurrió algo
que había tenido un éxito considerable en la Corte y que fué
acogido de forma efusiva por los distintos estamentos de la Ciudad,
UNA NAUMAQUIA, y no cualquiera, al estilo de los antiguos
Romanos, evidentemente con variaciones y actos propios. Después de
distintos planteamientos, la envergadura del proyecto significó un
aporte de muchos estamentos de la sociedad valenciana, a parte, claro
está, de los que, de forma histórica apoyaban las celebraciones del
Aniversario de la Canonización del Padre Vicente Ferrer. Las
alegorías al Santo deberían estar presentes en el espacio destinado
a tal evento. En el Puente del Real mostraba , sobre un trono al
Santo bajo una hornacina , colgando bellas telas desde la balaustrada
del puente. La perspectiva del Puente de la Trinidad, figuraba la
Puerta de San Vicente Ferrer.
EL ACTO
Como
nombraba en los inicios, mantenía un planteamiento muy en
consonancia con las naumaquias clásicas que a su vez fueron de muy
agrado de las cortes europeas , así como reflejo de las que en el
Reinado de Felipe IV, se realizaban en el Estanque Grande del Palacio
del Buen Retiro con el genérico nombre de la “ESCUADRA DEL TAJO”
El
acto de basaría en tres aspectos o fases a saber:
1.-
LOS JUEGOS
2.-
LA BATALLA NAVAL ENTRE MOROS Y CRISTIANOS -GREMIOS (Desembarco y
enfrentamiento en tierra y fialización con la batalla en el mar)
3.-
MUSICA Y FUEGOS ARTIFICIALES DESDE LAS PLATAFORMAS FLOTANTES
ESCENARIOS
Río
Turia, acotado , como ya es avisado desde el Puente del Real y el de
la Trinidad, creando un lago artificial que sirviera como espacio de
la batalla naval
Zonas
de ribera, con escenarios y plataformas donde se desarrollarías las
acciones en doble plano, la visualización en primera instancia de lo
que , en ese momento estaba ocurriendo en el enfrentamiento entre
navios y dentro de ellos, abordajes y utilización de dagas y
espadas, y, por otro lado, las acciones que, durante el desembarco en
tierras moriscas, se desarrollaron para la consecución de los
objetivos cristianos
DECORADOS
Es
tan rica toda la zona que circunda la parte del rio a la que se hace
referencia, que poco más que adornos textiles y ornamientos
florales, necesitaba el macro evento, Colegio San Pío V, Palacio
Real e inicio de la Alameda. Siendo por la otra orilla, el palacio
del Temple , donde como elemento alegórico se izaría el Pendón del
Conquistador, en rememoración del alzado en la Torre de Alí-Buffat,
al rendirse a las tropas del rey Dº Jaime.
PUBLICO
Sorprende
la cantidad de público sentado que se proyectó que asistiera. Por
un lado una grada, en el Puente de la Trinidad destinadas a la Ciudad
y a la Nobleza, instalando frente a San Pío V y Palacio Real las
destinadas al pueblo, afirman ciertas crónicas que entre tablados,
nayas y graderíos se llegó a alcanzar la cifra de treinta mil
asistentes sentados.
Cabe
destacar en este apartado que los beneficios de la totalidad del Acto
se daría al Hospital general y su Clavaría ,pero al ser tan
abultados los gastos, esta institución tuvo que conformarse con el
dinero del cobro de asientos en gradas instaladas a lolargo del
recorrido de la Procesión.
INTERVINIENTES
Fueron
distintos los gremios artesanos que intervinieron en el proceso
constructivo y de remodelación de espacios tales como albañiles y
carpinteros que cobrarían con el pago por asistencia de
espectadores.
De
igual manera hubieron que salir las embarcaciones, naves que
servirían para la dramatizacion de la batalla, Pescadores y
Marineros del Grao, así como embarcaciones de la Albufera.
Pirotécnico,
ahora, polvorista antes, el Alicantino Bautista Pastor
FECHAS
La fecha indicada para su realización fué el 7 de Julio de 1755, no
pudiendose realizar por la coincidencia, por retraso metereológico
de la Procesión. Al fina fueron las días 12 y 13 de Julio del mismo
año cuando se celebró dicha naumaquia.
ACTO UNICO E
IRREPETIBLE
En
una sola ocasión se realizó dicha Naumaquia, dado que en 1796, año
de la Beatificación del Patriarca Juan de Ribera, se volvió a
proyectar, desde estamentos empresariales, con la autorización del
Ayuntamiento, no llegó a realizarse, por lo visto por la gran
envergadura económica que significaba sin poder rentabilizar la
inversión.
No hacen demasiados años que, el Concejal del PSOE del Ayuntamiento de Madrid, Antonio Carmona, se lo quiso llevar a la Capital de España.
Desde aquí un reto , con adaptación incluida, si alguien se atreve, aquí estoy.
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