Llegan
las coloristas banderillas con versos de Manuel Machado. De su poema
“La fiesta nacional”:
Por
encima
de las astas, que buscan el pecho,
las dos banderillas
milagrosamente
clavando..., se esquiva
ágil, solo, alegre,
sin perder la línea.
de las astas, que buscan el pecho,
las dos banderillas
milagrosamente
clavando..., se esquiva
ágil, solo, alegre,
sin perder la línea.
En
el final de la lidia llega el embrujo de la muleta y la muerte
certera del toro, que nos muestra con sus versos Rafael Alberti de
su poema “Corrida”
El pase de muleta
es el arco glorioso
que al fin rinde el acoso
que la muerte sujeta.
Y cuando atravesada
siente el toro su vida,
piensa que la corrida
vale bien una espada.
Dos
poetas, dos ideologías, un amor, sólo amor por la Fiesta. La Fiesta
Nacional, une a personas de muy distintos pensamientos, clases,
oficios y situación social. No importa desde donde se esté viendo
la corrida, desde donde se esté sintiendo la emoción, en sol, sombra o
barrera. El duelo, hombre toro, ha estado ahí desde tiempo
inmemorial e, independientemente, del sentimiento que a uno pueda
trasmitir esa Tradición, no se puede , por decreto, borrar del ser
español, una Cultura, un pensar que los Toros, forman parte de la
historia y la vida de muchos españoles y, por qué no, de otras
nacionalidades.
En
muchas poblaciones, lo niños, jóvenes, se desarrollaron dentro del
entorno de ese magnífico animal, el Toro. Ese animal que ,
cual hijo, la mayoría de los ganaderos, los crían, con un fín,
que, si el rigor de la economía hace cambiarlo, el primer dolor lo
sentirá, el generador del proyecto , el dueño del animal.
Esa
figura, ese perfil que, desde hace mucho tiempo es emblema,
querámoslo o no de nuestra España, ese perfil que jalona las lomas y
las carreteras de España, incluso, como en Valencia, alguna
Universidad, es , indudablemente, parte de nuestra historia.
Echar un capotazo........ |
Nuestro
idioma está preñado de palabras, giros, frases con referencia al
mundo taurino, dando sentido a la expresión desde su significado en
la plaza. Un sólo niño de nuestra generación, decidme, que no haya
jugado a ser torero. Ninguno.
Los
niños, en las poblaciones, donde BOUS AL CARRER es una religión, su
juego fundamental es el recorte. No sé si es lo que corresponde o
no. Sólo, desde la libertad personal , respeto las dos opciones, sin
intentar imponer la mía a la contraria. No me creo las falsas
defensas sobre maltratos, casi me creo más , la oposición a todo lo
que huela a nacional, con el apellido de español.
Nosotros hablamos de Fiestas y Tradiciones, y nadie me
puede rebatir que cumplen los toros, las dos sobradamente.
Yo no entiendo de toros, llama mi atención su colorido y su magia, el ancestral enfrentamiento del hombre y la bestia, la belleza plástica indiscutible de los pases, pero para gustos colores, al que no le guste que no vaya.
ResponderEliminarOtra cosa es el toro que matan con lanzas, eso si lo veo una salvajada.
Muchas gracias por su comentario. Al final todo se ciñe a eso, libertad, con moderación.
Eliminar