martes, 27 de noviembre de 2012

RECUERDOS EN UN VAGON



Ya no atraviesa los campos
tampoco se oye el fragor
de esa mole impresionante
movida por el vapor
sólo queda en la memoria
el silbato de los trenes
vacío de pasajeros
silenciosos los andenes


Decia Antonio Machado que su infancia son recuerdos de un patio de Sevilla donde madura el limonero. Cada persona, tiene sus recuerdos en virtud de dónde se haya desarrollado su nacimiento, infancia,adolescencia, juventud y madurez. Cada uno tenemos los nuestros que, probablemente, nunca serán iguales de los que tiene el que a nuestro lado está. Eso es una realidad, y gracias a ella, a los recuerdos, se han desarrollado obras de arte en forma de pinturas, literatura, escultura, cinematografía y todas aquellas artes que es capaz de desarrollar el ser humano.
Si nos preguntamos sobre esos recuerdos, añadiendo una palabra en concreto, ahí, seguro, afloraran muchas coincidencias, independientemente de la ubicación geográfica de la persona, incluso con mucha distancia entre ellos.Si añadimos la palabra  TREN, el tren, ¡cuántas vivencias coincidentes habremos tenido con ese medio de transporte que ha sido el vertebrador de la vida del planeta. Hacedor de desarrollo, portador de ilusiones, auxilio de desencanto.Han sido, en muchas ocasiones, su miniatura, nuestros Reyes Magos deseados. 

Cuanta razón tenía el que dijo por primera vez  “ el tren de la vida”, con el que se puede comparar su trayectoria, esta, con un tren al que subimos, viajamos, acompañados en los asientos, disfrutamos, sufrimos cuando se baja en alguna estación algún buen compañero de viaje…en fín vida . Cuantos recuerdo nos trae el tren! De niños esa ilusión que nos hacía, prácticamente, no dormir la noche anterior a la que ,con nuestros padres, debíamos viajar en el tren, daba igual cual fuera el destino, más cerca o más lejos. Daba igual coger el “trenet” de la Estación de Madera” , o coger uno hacia Zaragoza en la Estación de Aragón, o ya mucho más lejos, ese Sevillano, que  nos trasladaba a Málaga con doce horas de viaje, más el correspondiente retraso, si no se demoraba, eso no era tren , ni era nada. Y el respeto que nos reflejaba ese jefe de estación con su gorra roja y con el poder de , nada más y nada menos de dar salida al convoy. Y esa megafonía en la estación del Norte..”tren expreso, procedente de Barcelona va a efectuar su entrada por vía 3”.
Y aquellas relaciones que se creaban en los viajes y lo atentos que estábamos con aquella ventanillas de guillotina…..¡Que viene un túnel!, gritaba alguien y todo el mundo corriendo a cerrarlas para que la carbonilla de la máquina no entrara en el vagón. Nuestra vida siempre ha estado ligada el tren. Seguro que todos podemos contar recuerdo , anécdotas , sentimientos , a veces dolorosos del adios y alegrias desbordantes del hola. Trenes, de esperanza y escenario de nuestros heroes, asaltadores de trenes en las películas de indios y vaqueros, objetivos de atracos, casi cinematográficos, instrumentos de muerte utilizado por malnacidos.

Y para acabar, cambio el término, hablo del ferrocarril, sencillamente porque quiero hablar de ferroviarios, y , aún conociendo a muchos, aún llamándome la atención todavía hoy, por mi falta de entendimiento del hecho, aquel operario que  con un martillo largo , iba golpeando lar ruedas de los vagones.Me dicen , ahora, que los llamaban "los visitadores" y con su golpe, comprobaban lo sueltas que estaban las zapatas de freno.
Don Manuel Peris Sanjosé

 Quiero alzar un recuerdo a un buen tipo, a un buen hombre y ferroviario, de familia de ferroviarios, al Tio Peris, Manolo Peris San Jose .Amó su profesión del mismo modo que amó su vida. Y él me demostró que , por lo menos antes, ser ferroviario, era pertenecer a una gran familia y sentirse orgulloso de serlo, ser ferroviario imprimía carácter, que me lo digan a mí que fui su yerno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario