Ya no atraviesa los campos
tampoco se oye el fragor
de esa mole impresionante
movida por el vapor
sólo queda en la memoria
el silbato de los trenes
vacío de pasajeros
silenciosos los andenes
tampoco se oye el fragor
de esa mole impresionante
movida por el vapor
sólo queda en la memoria
el silbato de los trenes
vacío de pasajeros
silenciosos los andenes
Decia
Antonio Machado que su infancia son recuerdos de un patio de Sevilla donde
madura el limonero. Cada persona, tiene sus recuerdos en virtud de dónde se
haya desarrollado su nacimiento, infancia,adolescencia, juventud y madurez.
Cada uno tenemos los nuestros que, probablemente, nunca serán iguales de los
que tiene el que a nuestro lado está. Eso es una realidad, y gracias a ella, a los recuerdos, se han
desarrollado obras de arte en forma de pinturas, literatura, escultura,
cinematografía y todas aquellas artes que es capaz de desarrollar el ser
humano.
Si
nos preguntamos sobre esos recuerdos, añadiendo una palabra en concreto, ahí, seguro,
afloraran muchas coincidencias, independientemente de la ubicación geográfica
de la persona, incluso con mucha distancia entre ellos.Si añadimos la palabra TREN, el tren, ¡cuántas vivencias coincidentes
habremos tenido con ese medio de transporte que ha sido el vertebrador de la
vida del planeta. Hacedor de desarrollo, portador de ilusiones, auxilio de
desencanto.Han sido, en muchas ocasiones, su miniatura, nuestros Reyes Magos deseados.
Cuanta
razón tenía el que dijo por primera vez
“ el tren de la vida”, con el que se puede comparar su trayectoria, esta, con un tren al que subimos, viajamos, acompañados
en los asientos, disfrutamos, sufrimos cuando se baja en alguna estación algún
buen compañero de viaje…en fín vida . Cuantos recuerdo nos trae el tren! De
niños esa ilusión que nos hacía, prácticamente, no dormir la noche anterior a la
que ,con nuestros padres, debíamos viajar en el tren, daba igual cual fuera el
destino, más cerca o más lejos. Daba igual coger el “trenet” de la Estación de
Madera” , o coger uno hacia Zaragoza en la Estación de Aragón, o ya mucho más
lejos, ese Sevillano, que nos trasladaba
a Málaga con doce horas de viaje, más el correspondiente retraso, si no se demoraba,
eso no era tren , ni era nada. Y el respeto que nos reflejaba ese jefe de
estación con su gorra roja y con el poder de , nada más y nada menos de dar
salida al convoy. Y esa megafonía en la estación del Norte..”tren expreso,
procedente de Barcelona va a efectuar su entrada por vía 3”.
Y aquellas relaciones que se creaban en los viajes y lo atentos que estábamos con aquella
ventanillas de guillotina…..¡Que viene un túnel!, gritaba alguien y todo el
mundo corriendo a cerrarlas para que la carbonilla de la máquina no entrara en
el vagón. Nuestra vida siempre ha estado ligada el tren. Seguro que todos
podemos contar recuerdo , anécdotas , sentimientos , a veces dolorosos del
adios y alegrias desbordantes del hola. Trenes, de esperanza y escenario de
nuestros heroes, asaltadores de trenes en las películas de indios y vaqueros,
objetivos de atracos, casi cinematográficos, instrumentos de muerte utilizado
por malnacidos.
Y
para acabar, cambio el término, hablo del ferrocarril, sencillamente porque
quiero hablar de ferroviarios, y , aún conociendo a muchos, aún llamándome la
atención todavía hoy, por mi falta de entendimiento del hecho, aquel operario
que con un martillo largo , iba
golpeando lar ruedas de los vagones.Me dicen , ahora, que los llamaban "los visitadores" y con su golpe, comprobaban lo sueltas que estaban las zapatas de freno.
Don Manuel Peris Sanjosé |
Quiero alzar un recuerdo a un buen
tipo, a un buen hombre y ferroviario, de familia de ferroviarios, al Tio Peris,
Manolo Peris San Jose .Amó su profesión del mismo modo que amó su vida. Y él me
demostró que , por lo menos antes, ser ferroviario, era pertenecer a una gran
familia y sentirse orgulloso de serlo, ser ferroviario imprimía carácter, que
me lo digan a mí que fui su yerno.
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